Top 5 juegos del año 2017 por Sergio Tur
Otro año que llega a su fin y es el momento de hacer balance sobre los grandes lanzamientos que han protagonizado un 2017 considerado por muchos como histórico o, cuanto menos, de lo más destacado que ha dado la industria en la última década. Al igual que mi compañero Toni, quería reflejar en un pequeño texto cuáles han sido aquellos videojuegos que más me han marcado durante estos meses. Es una lista totalmente personal y en mi caso he creído conveniente limitarla a solo cinco títulos para que el proceso de selección tenga un mínimo de sentido.
5- Assassin´s Creed: Origins
Si hace unos años me hubieran contado que una entrega de Assassin´s Creed estaría disputándose el puesto a mejor juego seguramente mi mirada hubiese sido de incredulidad. Hoy, tras invertir decenas de horas en un Egipto recreado al detalle que sorprende como en su día lo hizo la Florencia de AC 2, no tengo ninguna duda de que esto es lo que Ubisoft y los fans necesitaban. Que no os engañe el título, este no es ningún regreso a los orígenes, es ciertamente mucho más. Hasta la fecha, la franquicia adolecía de repetir una fórmula que aunque a ojos de un extraño podía resultar exótica -ni en sus horas bajas la saga ha renunciado a su encomiable labor de documentación histórica-, lo cierto es que superado el impacto inicial el aliciente jugable era más bien escaso.
Origins relega a un segundo plano el concepto de postal interactiva para dar profundidad a un sistema de juego que bebe de las grandes aventuras ARPG de los últimos años. Progresión de niveles, un mundo abierto inteligente plagado de vida, rama de habilidades moldeable al estilo de cada jugador, misiones secundarias que dan valor a la trama… Al fin su valor estético ha dejado de eclipsar el resto de aspectos de un juego que marca un punto de inflexión para la franquicia.
4- What Remains of Edith Finch
A veces las buenas ideas no llegan a buen puerto por falta de medios y otras, sin embargo, utilizan esa circunstancia para reforzar otros elementos que sin talento serían impensables. El caso de What Remains of Edith Finch es peculiar, pues si bien estamos ante una producción independiente, en su desarrollo han intervenido nombres tan importantes en la industria como David Wreden (creador de The Beginners Guide), Greg Kasavin (diseñador y guionista en Bastion y Transistor), Lucas Pope (Papers Please) y un sinfín de artistas responsables de los juegos más influyentes de los últimos años. Con esta impresionante plantilla es lógico que el resultado sea una apuesta original que da sentido al concepto del videojuego.
Si algo podemos reprocharle a los ‘walking simulators’ es su escaso interés jugable, renunciando a la interactividad con el jugador a cambio de ofrecer un argumento escrito con ingenio. En What Remains of Edith Finch, sin embargo, el género da un paso más allá abrazando mecánicas de juego que van de la mano con una narrativa única. El regreso de una chica a su vieja casa familiar es el punto de partida de una historia en la que a través de sus distintas tramas exploraremos un árbol genealógico que se extiende durante varias generaciones que aportan importantes revelaciones.
Sé que resulto críptico, pero merece la pena experimentar las mismas sensaciones que su protagonista recorriendo cada una de las habitaciones de ese hogar abandonado que encierra en su interior vidas que reviviremos como jugador. No sé cómo será recordado What Remains of Edith Finch en el tiempo, pero sin duda merece ser reivindicado por su valor comunicativo como en su día lo hicieran juegos como Journey.
3- Nier: Automata
¿Puede un señor que utiliza una luna gigante como máscara haber concebido una de las mejores obras de ciencia ficción de los últimos años en videojuegos? Es probable. No sé qué hay en la mente de Yoko Taro, pero es una suerte que la industria cuente con artistas que logran sacar adelante proyectos tan inconfundibles y personales. Nier: Automata toca con acierto temas tan complejos como el existencialismo o el concepto de la humanidad en un mundo donde los robots acaparan todo el protagonismo. Sin embargo, lo mejor es la forma bajo la cual lo expone al jugador rehuyendo de diálogos redundantes o escenas cinemáticas para apostar por lo sutil, el subtexto y aquello que solo es posible entrever una vez te sumerges en todo lo que esta aventura tiene que ofrecerte.
Es diícil no empatizar con 2B y 9S, así como con su particular enfoque narrativo que permite rejugar la obra en busca de sus múltiples finales o explorar la riqueza que hay tras sus misiones secundarias. Además, es digno de elogio el hipnótico valor artístico de un universo en el que el diseño va de la mano de una jugabilidad con la que Platinum Games vuelve a demostrar que no tiene rival en el género de la acción. Los combates son satisfactorios y aunque hay decisiones cuestionables en cuanto a llevar la historia a un mundo abierto, lo cierto es que estamos ante uno de los juegos mejor escritos de este 2017. Si lo tuyo es la ciencia ficción que plantean películas como Yo, Robot o Blade Runner, apuesto a que Nier: Automata será de esos títulos que te dejarán huella.
2- Resident Evil 7
Que Resident Evil 7 no es un regreso a los inicios de la saga es un debate ya superado y a decir verdad esta es la mejor reimaginación posible de lo que debe ser la esencia de la franquicia. Capcom quiere reconciliarse con el fan mediante una obra que rompe con todo lo visto hasta la fecha en la saga. No hay cámara en tercera persona, tampoco zombis -aunque hace tiempo que esto dejó de ser determinante-, ni aparecen rostros conocidos. Una casa habitada por una sádica familia es suficiente para recuperar la angustiosa sensación de claustrofobia en la que cabe preguntarse qué hay tras cada pasillo. No es sustituir la mansión Spencer por el hogar de los Baker, sino crear una atmósfera tan inmersiva como terrorífica. ¿Y no es eso lo que se pide en un Resident Evil? Es probable que en unos años nadie recuerde a Ethan como un personaje carismático, pero se hablará de esta entrega como la semilla de la que emergió una nueva esperanza para el devenir de la licencia.
Si disfrutaste de ‘survival horrors’ recientes como Alien Isolation y llegaste a aborrecer el culebrón en el que se había convertido la historia de Redfield, Wesker y cía, estás de enhorabuena porque el estudio japonés ha concebido una obra fresca, que innova en ciertos aspectos y mantiene aquellos que tan bien han funcionado en el género. Hay guiños al pasado, referencias para los fans acérrimos, pero ante todo es un título rupturista que cautiva desde el primer minuto hasta el último gracias a un ritmo perfectamente medido que no decae hasta los últimos compases de la trama.
Es una alegría confirmar que la crisis de identidad que durante años había experimentado la franquicia desde Resident Evil 5 pasando por la subsaga Revelations ha derivado en un juego que hace honor a su legado. Di adiós a la grandilocuencia, a las explosiones que tanto hubiese laureado Michael Bay, pues aquí solo encontrarás paredes desconchadas, el crujir de la madera en mitad de un silencio abrumador y el escalofrío que causa ver a un señor persiguiéndote con un rastrillo. Y eso solo es el principio…
1- The Legend of Zelda: Breath of the Wild
La importancia del viaje. Da igual de dónde vengas, tampoco importa la meta, lo que hace tan especial a Breath of the Wild es que el transcurso de esa travesía es una de las mejores experiencias que como jugador he tenido este año. Un profesor de guión me explicó hace unos años que la habilidad de un director se mide por su capacidad para rodar una escena tan sencilla como una carrera de bicicletas entre dos niños. Si eres capaz de contar al espectador quién va primero, qué obstáculos encuentran en su camino y cómo los resuelven es que has logrado tu objetivo. De ti depende utilizar según qué recursos para tal fin, si es más adecuado utilizar un primer plano de la cara del niño que va perdiendo para reflejar su frustración, si apostar por un travelling que muestre el acelerón final con el que logra llegar a la meta o si consideras mejor contar la historia mediante un montaje en paralelo. En fin, creo que este ejemplo es idóneo para entender cómo Breath of the Wild es un ejercicio comunicativo sobresaliente que reinventa viejas convenciones de la saga a la vez que da un paso adelante en la fórmula. Es una aventura que cautiva, pero si lo hace es precisamente por su forma de contarla.
No es el juego con el mejor apartado técnico que hayamos visto ni tampoco el mundo abierto más amplio con precedentes de tanto calado como Skyrim, pero Nintendo hace una interpretación del género que en lugar de replicar lo que ya ha funcionado en la industria, arriesga con su propio sentido de la exploración y libertad. Desde marzo llevo intentando encontrar las palabras adecuadas para explicar esta particular visión de lo que es recorrer sus vastas praderas, pero ni en un programa especial sobre él queda reflejada toda la magnificencia que implica descubrir nuevos patrones en la inteligencia artificial de los enemigos, escuchar el viento o la lluvia acompañando los pasos de Link o sentirse pequeño en la inmensidad que se presenta ante nuestros ojos.
Ahora con la perspectiva del tiempo es evidente que 2017 ha sido un año de reencuentros como demuestra este top. Assassin´s Creed, Resident Evil o Breath of the Wild son ejemplos de cómo una saga puede reinventarse sin recurrir únicamente a la carta de la nostalgia. La valentía aquí tiene recompensa y es un verdadero lujo que podamos seguir asombrándonos con cada nueva entrega de sagas tan longevas. Del próximo Zelda, a riesgo de sonar conformista, quiero más y mejor. Nintendo se mueve como pez en el agua en la propuesta jugable, pero aún debe romper ciertas barreras en lo que respecta al plano argumental para estar ante el juego más completo de la franquicia. Hasta entonces Breath of the Wild es el respiro que necesitábamos.