Star Fox 2 no necesita análisis, solo que alguien se acuerde de él
La historia del desarrollo fallido de Star Fox 2 se ha contado ya hasta la saciedad. Desde que Nintendo anunciase su lanzamiento en Super Nintendo Classic Edition, cientos de medios han rescatado del olvido todo tipo de documentos que dan testimonio histórico de lo que pudo ser y no fue como nos explicó Aitor en el podcast. Este viernes se pone a la venta la máquina nostálgica de Nintendo y desde portales como IGN han visto necesario analizar la aventura espacial de Fox para desconcierto de algunos. Quizás habrá quien piense que los análisis a día de hoy han perdido su valor, que el lector no se orienta por notas ni opiniones de un periodista que como cualquier otra persona tiene sus propias filias y fobias, pero no es ese el debate. Al margen de la opinión que la prensa se haya labrado en los últimos años, es innegable que cumplen una función social. En eso debería consistir la profesión, en dar voz a quien no la tiene y ser el intermediario, a modo de filtro, entre las compañías y el consumidor final. ¿Responde a algo de esto el análisis de Star Fox 2? No lo creo.
Hace unos meses mantenía un debate al respecto cuando se dio a conocer que por primera vez podríamos jugar a la versión final del título en una plataforma que busca recrear la experiencia que hubiéramos vivido con el lanzamiento original en SNES. Su condición de rareza es parte del marketing como reza el subtítulo que anuncia sus «20+1 juegos». Es un pedazo de historia, un hallazgo arqueológico que sin ninguna pretensión la compañía japonesa nos ofrece cuando la comunidad ya había perdido toda esperanza. Si en vez de Star Fox 2 se hubiese incluido Chrono Trigger ninguna voz se hubiese alzado para criticar la decisión. Es más, ¿por qué debería importarnos tanto esta obra inacabada? Leo detenidamente el análisis de IGN y no soy capaz de responder a esa pregunta, lo cual es para replantearse ciertas cosas. En ningún momento se habla del contexto de la época por el que en el último instante el proyecto se quedó en un cajón olvidado, tampoco del desafío técnico que era representar toda esa acción en pantalla, ni por supuesto de la enorme influencia que ha ejercido en otras entregas de la serie como el reciente Star Fox Zero de Wii U.
En su lugar, desde el portal americano han optado por una valoración aséptica que bien podría ir dirigida a algún juego actual. Es un error intentar analizar un juego de 1995 con los ojos de alguien que en 2017 ya carga a sus espaldas una mochila llena de experiencias como jugador. No puedes simplemente dejar eso a un lado y ser objetivo porque inconscientemente pesa más el bagaje que cualquier cosa que pueda ofrecer. En el texto, el periodista Sam Cleiborn señala que «es increíblemente difícil controlar la nave y apuntar al mismo tiempo con el mando de SNES», así como «los problemas de frame rate hacen de Star Fox 2 el peor juego de SNES Classic Edition».
No pretendo justificar los errores que pueda tener el juego, pero poner el foco de atención en el control, la tasa de frames e incluso en sus gráficos son errores que difícilmente se pueden pasar por alto. El analista concluye resaltando que es «muy de los años 90, pero primitivo» para darle un 5 de nota final. El problema es que este valor numérico busca suscitar polémica, en lugar de tener un fin orientativo para el lector. ¿Qué valor tiene el análisis de un juego que va incluido junto a otros 20? Sería mucho más útil un reportaje para darlo a conocer, entender la importancia histórica que tiene más allá de un análisis estricto de cada uno de sus apartados.
Los análisis no pueden ser escritos de forma mecánica. Deben contener una intención y por supuesto en cierta medida representar la idiosincrasia del jugador y la obra. Las medias aritméticas son ridículas, una forma torpe de intentar justificar las decisiones de un crítico que debería valerse del propio texto como defensa en lugar de ampararse en un número. No sé si Star Fox 2 será el peor juego incluido en SNES Mini o si es tan injugable como señalan desde IGN, pero analizar un título de hace más de dos décadas bajo los baremos actuales no parece de lo más responsable. ¿Lo peor? Han conseguido que esté aquí hablando de ellos. Bien jugado.