[Vida Retro] Sonic & Knuckles: Cuando Sonic era Sonic
Imaginad la sorpresa en el año 1994 con un mercado con las bases totalmente establecidas desde la generación anterior. Ya todos sabíamos de qué iba la vaina: consola, cartucho y a jugar, pero de pronto llega Sega haciendo de las suyas y sorprende a todo el personal con un movimiento que se convirtió en un pedacito de historia para el recuerdo del sector.
Sonic & Knuckles para la gloriosa Megadrive era una cartucho raro, atípico desde su embalaje, pues venía en una caja de cartón y los segueros del momento recordarán que cualquier videojuego para sus sobremesas, ya fuese Megadrive/Genesis o Master System, venía en su estuche de plástico perfectamente pertrechado. Eso no era todo, puesto que al ir a sacar el juego te ibas a llevar una sorpresa aún mayor.
Y es que el cartucho en sí mismo era distinto a todos y no era solo en la forma ya que tenía una tapa en la parte superior que al abrirla dejaba expuesta una ranura de cartuchos exactamente igual a la de la propia Megadrive –¿Para qué diantres sirve esto si el juego funciona perfectamente él solito?-, ahí está la gracia amigo mío ya que estamos ante un juego que de por sí es una maravilla gracias a los 7 niveles divididos a su vez en dos fases disfrutables con el mismísimo Sonic y por otro lado la posibilidad de jugar 6 con sus respectivas 2 fases con Knuckles.
Con los mejores gráficos que se habían visto en un Sonic hasta la fecha ya que eran prácticamente idénticos a los de Sonic 3… Y aquí viene donde se riza el rizo ya que si se nos ocurre la genial idea de utilizar el slot anteriormente citado para insertar el cartucho de Sonic 3 y encender nuestra consola como por arte de magia quedaremos maravillados al ver cómo cambia ofreciendo novedades tales como tener dos ranuras más para guardar partida (hoy día esto es una memez pero en los 90 flipábamos con esto) o la posibilidad de seleccionar a Knuckles para disfrutar del juego con todo lo que ello conlleva. De hecho, extrañamente las fases parecían tener zonas totalmente adaptadas al personaje, ya se sabe, capacidad de planear y escalar paredes con sus puños puntiagudos. Esto tiene una explicación y es que al parecer la idea era que el contenido que vemos en el juego que tenemos entre manos estuviese incluido en Sonic 3, pero no se llegó a tiempo a la fecha de lanzamiento del juego así que tomaron esta original vía como solución.
Al hacer esto con Sonic 3 y ver los resultados sin duda buscarás tu preciada copia de Sonic 2 para ver qué es lo que ocurre y… ¡bingo! Tenemos novedades nada más ver el inicio en el que en lugar de Sonic y Tails aparece Knuckles y es fácil de adivinar que ahora podremos jugar la que para muchos es la mejor aventura del erizo azul con nuestro equidna favorito. Un bonito añadido que no hace más que engrandecer a un videojuego redondo en todos sus apartados.
Algunos se frotaban las manos imaginando lo que nos podía deparar hacer la misma acción con el primer título de Sonic para la 16 bits de Sega pero el invento no daba para mucho más, se dice que existían incompatibilidades en la paleta de colores que hacían inviable el asunto pero no quisieron dejar al cartucho primigenio de la saga sin nada, así que al intentarlo se dio acceso a las fases de bonus de Sonic 3 y Sonic & Knuckles. De hecho, esto se extendió a una amplia parte del catálogo de juegos de la consola, si se ocurría probar a insertar otro cartucho y ver que pasaba te llevabas la sorpresa de ver cómo se ejecutaba una misión bonus exclusiva para ese juego, todo un detalle.
Una vez explicadas todas las particularidades del juego se supone que toca hablar del videojuego, de qué va pero… ¿De verdad que es necesario? Un Sonic de corte clásico es un incunable dentro de los juegos de plataformas del sector de obligado disfrute para todo aquel que se considere aficionado a este mundillo. Tan solo decir que se trata de un plataformas en 2D de scroll lateral con una velocidad endiablada que resulta ser su seña de identidad más reseñable.
Megadrive tuvo una paleta de colores y chip de sonido limitados respecto a la competencia, pero con su procesador Motorola 68000 como núcleo de potencia, a velocidad no le ganaba nadie en su gama y este juego explotaba esta ventaja como nadie. Habrá quien prefiera otros juegos de gran calidad dentro del género pero nadie negará que cualquier juego clásico de Sonic es un gigante al máximo nivel de calidad.
Por todas las particularidades y rarezas anteriormente citadas que lo hacen único, se me hace inverosímil ver que hay quien se aventure a puntuar este videojuego. Bien es verdad que se podría tratar tan solo el contenido del cartucho de una manera individual para este cometido, pero es algo irreal, no es tan solo un juego, aparte de esto es un complemento perfecto que perfecciona aún más si cabe a Sonic 3 y que pone la guinda del pastel a Sonic 2 y eso es simple y llanamente imposible de medir, hacer más rejugables y más disfrutables tamaños titulazos bien se merece tener un lugar propio en el Olimpo de los videojuegos.